Patricia Gonzalez se ha tomado en serio las ideas de las mujeres, y especialmente, las propuestas de las mujeres latinoamericanas para repensar y conmover el concepto de autonomía en clave feminista. Los feminismos indígenas y académicos de nuestra región proveen el sustrato de su conceptualización de la autonomía en un planteo sincrético que constituye otro de los méritos centrales de la obra.La autora nos propone otra forma de incorporar una perspectiva feminista al derecho, una que logre sacudirlo en sus más profundos cimientos para redefinir sus implicancias en la construcción de un mundo libre y despatriarcalizado. Una perspectiva feminista donde las voces del Sur tienen más que aportar que los liberales decimonónicos o sus herederos más recientes a la hora de justificar la despenalización del aborto.En su análisis de las principales decisiones de los más altos tribunales de justicia de Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, la autora realiza un ejercicio exhaustivo de comparación jurídica que devela una multiplicidad de déficits interpretativos. Desde un enfoque feminista, su análisis rastrea la diversidad de encuadres de justificación puestos en práctica por los tribunales de los países seleccionados.En ese trayecto, el texto indaga además sobre una variedad de cuestiones regulatorias que se han discutido en sede judicial y en los foros del poder ejecutivo para garantizar la provisión de abortos legales. A través de este recorrido detallado sobre argumentos y problemas regulatorios, la Dra. Patricia Gonzalez nos guía en el camino hacia la conclusión más sensata: despatriarcalizar el derecho, recorrer la espiral despatriarcalizadora. En sus palabras, implica comprome-terse seriamente con el abandono del derecho penal como mecanismo de contención de las decisiones reproductivas de las mujeres.El cambio social parece estar en marcha. El cambio legal que han implicado en los últimos años las reinterpretaciones de nuestro modelo de aborto no punible realizadas por la sociedad civil, los tribunales, la Corte Suprema de la Nación y los Ministerios de Salud a través de protocolos de aborto no punible, parece ya haber dejado en claro sus propios límites. Tal vez los anuncios de estos días estén señalando que el cambio político está finalmente en puertas. Si es así, se abre una oportunidad inédita para contribuir al debate informado sobre los argumentos filosóficos, constitucionales y de política pública en torno a la autonomía, el cuerpo y el aborto