«Mi cáncer dice:
vivo en el valle del Solo. Conozco el sueño de la Tierra. Soy más antiguo que la luna. Estuve en el
principio cuando fue la palabra. Aprendí el relato de todas las moléculas de este mundo. Por eso, tus
células hablan conmigo. Me cuentan sobre ti. Yo conocí a la primera mujer. Veo algo de ella en tus ojos.
No temas. Hace siglos que reconozco el olor de los cadáveres. Tú no vas a morir». «Abro el miedo» es un libro notable: por su potencia arrolladora y por su lenguaje, bello en su cruda verdad,
lúcido, audaz, de gran riqueza. El libro está impregnado de urgencia, de vértigo; lo leemos en estado casi
hipnótico, sin poder abandonarlo y cuando lo cerramos con las manos que aún tiemblan, vemos que nos abraza,
nos hermana en su profunda humanidad, su sabiduría y pasión por la vida. «Abro el miedo» no es sólo un libro,
es un camafeo para atesorar. Paulina Vinderman