Con estos escritos, Viedma se incluye en la categoría de artista y brinda regalos únicos, personalizados con sus fragmentos dedicados e iluminados. Muestra cómo afluyen sus capitales devenidos de su campo de saber: el psicoanálisis, pero NO haciéndolo desde la soberbia, sino desde el ofrecimiento musical al otrx. Hay un adorable tono confesional medido en casi toda su obra, de carácter retrospectivo en modo diario íntimo, en donde nos deja meter las narinas, como voyeurs. En esas pinceladas pictórico-visuales de sus textos narrativos, Ale esparce pigmentos que son un verdadero hallazgo, una marca muy personal, un estilo propio. Y dice, casi sin nombrar, muchísimas cosas escritas y no escritas, cuestiones que constituyen una perla hermosa. Libro bello, minimalista y potente.
Zulema Lázaro