Hay en este libro sabio una defensa de lo que ha podido pasar por subalterno y, en correspondencia, una apertura hacia la noción de totalidad. Dentro de ella comparecen en tropel los demonios y los olores, las extracciones dentarias, y la propia física, que fue entendida de una forma que la consagró en cuanto sagrada: física sagrada. A lo último: lo que existe, y lo que se supone que significa lo que existe y lo que no, recibe aquí el sacramento de una interpretación que es ciertamente la última, hasta nueva orden, hasta nuevas reaperturas.