Fue la poeta Diana Bellesi quien me regaló Kenacort yValium 10, el primer libro de Jorge Pimentel, hace muchos años, en 1971 o1972 en la Ciudad de México. A Diana le gustaba la poesía de Pimentel y loconocía personalmente y a mí me gustaba Diana, los viajes de Diana, lasconversaciones de Diana, las lecturas de Diana, y por supuesto también megustaba el libro de Pimentel. En 1974, luego de un paso por Chile y de haberregresado a México, conocí a Mario Santiago. También había leído a Kenacort(probablemente éramos los únicos en la Ciudad de México que conocíamos lapoesía de Pimentel) y uno de los territorios en los que se cimentó nuestraamistad fue en la lectura y relectura de esa poesía convulsa, beligerante y enlos múltiples caminos que se abría desde allí y que Mario y yo discutíamoshasta que amanecía sobre la Ciudad de México, auroras de absoluto privilegio.
Roberto Bolaño