En esta obra, la autora pone en diálogo la filosofía con las ciencias de la vida. Ante la velocidad de los descubrimientos científicos actuales, resulta imprescindible pensar las consecuencias éticas, sociales, políticas, humanas y naturales que implica la aplicación técnica del conocimiento. Esta articulación entre teoría y praxis conlleva, entre otras cosas, la transformación de las concepciones del ser del ser humano, del mundo y la naturaleza; es precisamente a esta problemática que Bíos: el cuerpo del alma y el alma del cuerpo busca responder desde un plano interdisciplinario y crítico. Con el vocablo griego bíos, la autora plantea la vida más allá de lo animal biológico (zoé), es decir, remarca la importancia de pensar sus modos, sus cualidades y, sobre todo, su calidad. Para alejarse de los dualismos reduccionistas, Juliana González encarna el alma y espiritualiza al cuerpo como punto de partida para un nuevo humanismo. Frente al potencial destructivo de la ciencia que trasciende la terapia clínica y la desvía al sometimiento de lo natural y el perfeccionamiento humano, esta obra es una reafirmación de la vida, una reflexión ontológica, fenomenológica y dialéctica que señala la obligación de dotar el proceso tecnocientífico de una perspectiva bioética.