Es un libro de prosa poética que reúne una serie de escritos que, con la eficacia de un dardo envenenado, que en su pequeño cuerpo contiene suficiente toxina para enfebrecer a una víctima, sueltan su dosis de revelación y de desgarro, acompañados de un punzante pesimismo.
El recorrido es, como la vida misma y sus etapas, diverso, prodigioso, triste, trágico, absoluto. De la misma forma, los géneros se entremezclan, rompiendo sus fronteras, y las prosas se alimentan de las poesías para retratar con mayor claridad al amor desengañado en su grito al infinito sordo o para narrar venganzas cobradas a ingenuos seductores. Por momentos, objetos o conceptos toman la voz para expresar el desconcierto por su destino y trascendencia como seres aunados a la indiferencia con que ven el trajinar y esfuerzo vano de los humanos.
La bitácora avanza a través de puntos de congelación o de calidez compartida, dando cuenta de los días y la vida, diseccionando con bisturí de palabras algunos sabores amargos, difíciles de catar.