Graciela se mira en los espejos y se busca una y otra vez: en ellos se encuentra, aunque también la ayudan a perderse. En su reflejo caben las personas de su vida, que dicen mucho de ella, y también los lugares que ha visitado, los amores que han terminado y todas las versiones que habitan en ella, que se han fragmentado para después volverse a pegar. Le gusta descubrirse en la comodidad de su mirada, el lugar más seguro que tiene, un reflejo que le gusta contemplar, pues está en proceso y ella disfruta más el camino que el resultado.
Caleidoscopio es una novela que brilla por su honestidad y comparte la certeza de que la adultez es una búsqueda constante, a veces se gana, otras se pierde, pero pase lo que pase siempre se vuelve a casa, a una misma.