Con un par de golpecitos en la pantalla, tu smartphone puede colocar delante de ti un automóvil. Esta sencilla operación pone en funcionamiento toda una maquinaria extractiva que se aprovecha de la infraestructura urbana, de los bienes y recursos de los trabajadores e incluso de los datos personales de los usuarios, para poner en contacto a un conductor marginado del mercado laboral formal y aun viajero deseoso de escapar de las penurias del transporte público. Esta "plataformización del trabajo" revela una nueva lógica empresarial, en la que se enhebran la innovación informática y el abuso patronal, la reinvención de los servicios urbanos y el canto de las sirenas del autoempleo. Bienvenidos todos al cappitalismo.