Esta edición es la primera publicación significativa de la obra artística de Melanie Smith, quien en los años 90, la describió como "posminimalista. demasiado hermética", partía de elementos más o menos habituales en el ámbito doméstico (cubetas, mangueras, cojines, etc.). Ese derrotero se vio súbitamente cortado sobre todo en la profusión de un color, el naranja, que es, en palabras de ella misma "tanto en los objetos, las pinturas o como fondo, un símbolo de lo real, de la moda y de lo barato". Muy pronto las pinturas dejaron de lado las referencias directas a la historia del arte y la monomanía anaranjada. Su siguiente fase es mucho más abierta a la investigación de técnicas y usos de la geometría y el color. En cuanto a la fotografía la dedica principalmente a registrar espacios físicos, sitios banales que generan relaciones interesantes en cuanto a colores y formas.