Uno vive tantas vidas como novelas lea. Esto es verdad, casi tanto como el irrefutable hecho de que prácticamente cualquier vida puede ser novela cuando llega el autor que la sepa contar. Valiéndose de una plétora de herramientas, Gilda Salinas (1949) ha creado una novela irresistible: por turnos inquieta, amena, hilarante, conmovedora, espeluznante, romántica, subversiva y fascinante. Con una galería de personajes entrañables, que hacen de Como los pájaros perdidos algo más que solo un libro de viaje o una novela de crecimiento. En cierta forma, se trata de un épico del corazón, una odisea del alma que, al llegar a puerto, nos deja con el anhelo de que Sandra y sus cómplices en esta nave de los locos, permanezcan un poco más de tiempo. Que no solo se queden a vivir con uno. Que se queden a vivir en uno.