El descubrimiento de una nota de suicidio de la madre de la protagonista, escrita décadas atrás, lleva a esta a ahondar en la historia de su familia, que arranca en un campo de Rivera, en la frontera entre Uruguay y Brasil, donde la infancia de su madre se vio marcada por la violencia. Los recuerdos se suceden como piezas de un puzle incompleto, que la narradora intenta reconstruir a través de imágenes de una cruda belleza y gran fuerza poética. La novela avanza fragmentada, como la memoria misma, desentrañando los enigmas de tres generaciones de mujeres -la abuela, la madre y la hija-, que comparten una historia de complicidades y silencios, y un pasado que se preguntan si fue feliz, o si, en todo caso, pudo llegar a serlo