Diario y libro. El 6 de noviembre de 1930 Antonieta Rivas Mercado inicia un diario que, según Fabienne Bradu, es, entre los que llevó intermitentemente durante su vida y desde una temprana edad, el único que se conserva (Bradu 1991: 197); comentario al hilo de las palabras de la misma Antonieta al principio de este cuaderno: hace años que, a sabiendas, los diversos diarios comenzados retenían el móvil hondo, inconfeso (Rivas Mercado 1987: 439). La última anotación del diario está fechada el 22 de enero de 1931; sin embargo, no se trata de la última página. Señala Luis Mario Schneider que las palabras finales de esta bitácora se escribieron en París y que más tarde, después del suicidio de su autora, José Vasconcelos las arrancó para incorporarlas a su relato autobiográfico La flama (Schneider 1987: 29). La última página de su diario, al parecer, la escribió el día antes de su muerte, es decir, el 10 de febrero de 1931. Luis Mario Schneider incorpora en su edición de las obras completas de Antonieta Rivas mercado con el título de epílogo estas páginas finales. Estos fragmentos son relevantes porque en ellos Antonieta traza el plan de su suicidio: "he decidido acabar no lo haré en el hotel para no comprometer a los que me han ayudado [...] Ya está en mi poder la pistola que saqué de entre los libros del baúl de Vasconcelos. Es la que lo acompañó en toda la gira electoral" (Rivas Mercado 1987: 433).