Esta obra presenta una investigación acerca de un conjunto de cibercafés ubicados en una zona popular de la ciudad de México; tiene como objetivo comprender y explicar las formas en las que los jóvenes utilizan estos espacios y los significados que les atribuyen. La autora pretende descubrir si estos usos corresponden a una respuesta barroca o a una forma no convencional de aprendizaje. Frente a la revolución digital, este estudio abre la posibilidad de cuestionar la relación entre las distancias tecnológicas y la construcción de identidades subjetivas. Los cibercafés constituyen espacios multidimensionales en donde los usos y significados son moldeados por la ley de la oferta y la demanda a través de las interacciones entre los usuarios,y de las interacciones entre estos y los operarios. El cibercafé, en su carácter de espacio de "entre dos", permite a los jóvenes construir su identidad mediante procesos de autonomía personal y de autoaprendizaje solos y de manera precaria. El análisis se basa en las observaciones realizadas en 17 cibercafés, en las entrevistas con los operarios, los jóvenes usuarios y en una serie de fotografías.