¿¿Hasta cuándo los políticos árabes mantendrán vivo el sueño de la mujer obediente, modesta y resignada con la cabeza caída como víctima, cuando ellas no sólo han dejado de vivir sus papeles tradicionales, sino incluso han abandonado las fantasías tradicionales de los hombres? No comprendí el misterio de la hostilidad estatal hacia la mujer hasta que estalló la Guerra del Golfo. Fue entonces cuando vi claramente que no se trataba de una guerra contra la feminidad sino de una guerra contra la democracia".