Una niña paraguaya, que como cualquier otra niña a veces se siente triste y sola. ¿Cómo enseñamos a niños y niñas a transitar sus emociones? Las autoras quieren difundir la historia en guaraní, un idioma hablado por más de 10 millones de personas en el Cono Sur de América. Es también una oportunidad de hablar de migración, de aquello que nos llevamos siempre con nosotros: las costumbres familiares, el sonido de la noche, el olor de la comida de la abuela y el calor de su abrazo.