Estamos perdidos en un desierto opresivamente circular donde difícilmente ocurre algo y donde la sospecha incluso de un nuevo mundo ha sido desterrada. El ser y el poder se enlazan hasta casi ahogar el querer vivir. Por eso hay que pensar radicalmente el«entre» que los vincula en la expresión «entre el ser y el poder». Para que su diferencia sea restituida y con el ella el querer vivir. A tal fin será necesario cruzar una cierta interpretación de la Historia de la Filosofía con un análisis de nuestra actualidad. El resultado es una reflexión en la que aparecen conjuntamente el problema del comienzo del pensar y del resistirse al poder, la historia de la metafísica y cómo encerrar el poder en una tautología... A medida que dicha reflexión avanza se va configurando una subjetividad. No nos hemos opuesto a su avance, porque, en definitiva, este era el auténtico propósito que no osábamos pronunciar. Definir y argumentar una subjetividad que, habiendo roto con el consenso democrático, es capaz de emprender una larga travesí por lo posible-imposible sin guarecerse ni en lo absurdo ni en lo trágico.