Es éste un libro que intenta, por un lado, desentrañar cuál fue el destino final de los aborígenes sometidos en el sur del territorio, y, por el otro, reflexionar acerca de la actitud asumida por el Estado argentino, respecto de la problemática indígena entre 1878 y 1930. Se abordan aquí las controversias que en la sociedad generaron sus iniciativas, los argumentos esgrimidos y los límites que tuvieron esos debates. Al mismo tiempo este trabajo es una lectura acerca de los resultados que tuvieron estas políticas, las consecuencias que para los indígenas conllevaron su aplicación, así como sus formas de resistencia. Apoyado en una profusa bibliografía y en un amplio espectro de fuentes, el libro demuestra que el proceso de incorporación de las comunidades indígenas en el sur del territorio se produce en el marco del proceso de consolidación del Estado nacional en cuanto a su autoridad y soberanía, pero también en la etapa de construcción de una sociedad capitalista fuertemente unificadora y negadora de la diversidad socio-cultural.