PATRICIA GALEANA DE VALADÉS / PATRICIA NOEMÍ VARGAS BECERRA
El rezago en las políticas públicas en materia de género detiene el avance de los pueblos. Las mujeres no constituyen un grupo vulnerable más, son más de la mitad de la población. Su atención debe ser prioritaria por el efecto multiplicador que tiene en la sociedad. No sólo son reproductoras de vida sino de patrones culturales. La mejor inversión que puede hacer un Estado es la educación de sus mujeres. Recordemos que un pueblo llega tan lejos como su educación se lo permite. La educación permite el empoderamiento, entendido como el dominio de sí misma, para decidir sobre su vida y su cuerpo, para ser protagonistas de la historia, sujeto y no objeto de la misma. Veamos a continuación cuál es la situación actual que prevalece en nuestro país con los datos que arroja la Encuesta Nacional de Género 2014, realizada por el área de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la unam. Tengamos presente que el mejor termómetro para medir el grado de civilización de los pueblos es ver la situación de sus mujeres.