El libro aborda la historia de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, actor armado paraestatal del conflicto interno de Colombia, desde su fundación el año 1997, hasta la desmovilización de sus últimos Bloques el 2006; entendiendo que las AUC se inscriben en la privatización de la violencia en ese país sudamericano y los vacíos institucionales que lo caracterizan. La pérdida del monopolio de la fuerza por parte del Estado, permiten el surgimiento de formas diversas de violencia privada, inicialmente auspiciada por ese mismo Estado, como el caso de las AUC, vinculadas con los carteles del narcotráfico.
El texto da cuenta del costo humano de ese extenso conflicto armado, que dejó cerca de 8 millones de agraviados (desplazados, refugiados, heridos, mutilados, muertos, desaparecidos) y de la expansión de la criminalidad transnacional a otros países del continente (migración criminal) como Chile, y los desafíos que ocasiona para las políticas públicas. Bastaría mencionar las fuerzas policiales chilenas preparadas en Colombia por fuerzas del Estado y las extensiones del crimen organizado colombiano a contextos como el chileno, aprovechando el modelo económico y la ausencia de una política migratoria distinta a la de 1975.
Analiza también las bases sociales, territoriales y el proyecto político de carácter nacional de la AUC, que las diferencias del paramilitarismo colombiano clásico, y de otros tipos semejantes propios de la Guerra Fría, como por ejemplo el paramilitarismo de Guatemala o de El Salvador durante los años ochenta.