Francesca Gargallo va demostrando con datos y argumentaciones convincentes la relación entre el viraje semántico de los estudios de género junto con el auge del financiamientos, con la perdida de autonomía del activismo y del pensamiento feminista latinoamericano, acompañado con la emergencia nada inocente de lo que llama feministas visibles coincidentes con la figura de expertas en políticas de género.