En Jardines errantes, Tania Tagle recopila a manera de herbario, las flores, los árboles y las piezas de un jardín edificado en la narrativa de su vida; crea una botánica personal para darnos un atisbo de su experiencia como hija, madre, lectora y habitante de este mundo. Tania es una observadora audaz y en este jardín de palabras, la lucidez con la que mira las experiencias humanas nos ofrece un recorrido sensible e inigualable.
No hace falta ser una experta en plantas para reconocer las similitudes que tenemos con ellas: sobrevivimos como podemos a la falta de agua, nos aferramos a hacer hogar en casas prestadas, nuestras raíces encuentran otras formas para expandirse y resistir. Al leer este libro recuerdo que las lectoras podemos ser cómo las flores que crecen en medio de la hostilidad y la desesperanza, como diría Tania: Apuestan, en contra de todo, a la vida.
Alejandra Arévalo