Nagore Vargas, Jenisjoplin, que es como la llama su padre, nace en un pueblo industrial vasco en los ochenta, y a sus 28 años se ha curtido a base de encarar condiciones adversas. Está acostumbrada a luchar con pasión contra la autoridad, impulsada por desafíos y pulsiones internas. Siempre amando con prisas, llamando al peligro, dispuesta a todo. Cuando llega a Bilbao, se encuentra con una ciudad en conflicto, con revoluciones con las que comprometerse y un contexto en el que cada cual aviva su rabia en nombre de la clase, la patria y el sexo. Hasta que descubre que es seropositiva y tiene sida. Ha vivido sintiéndose inmune y deberá no solo negociar consigo misma, sino también con el mundo, para determinar dónde empieza y dónde termina la lucha y entender el placer desde su vulnerabilidad.