¿Cómo inventar mundos que aunque diminutos, sean responsables para con nosotres y el resto, y estén comprometidos con la transformación, la emancipación y la justicia social?
¿Cómo cuidar sin reproducir las lógicas cisheteronormativas que el capitalismo predispone como las únicas rutas posibles para ello?
¿Cómo reescribir nuestras trayectorias e historias afectivas para desestabilizar las narrativas oficiales del amor?
... Porque efectivamente como dice Mana, la amistad -como vinculo no totalizante- es promiscua. Y la fiesta, como espacio de goce y placer, de encuentro y baile, es uno de los tantos eventos en los que juntes le apostamos a "lo impredecible, lo que nos es productivo en términos capitalistas y que implica una participación en interacción activa con las otras de un modo irreverente"...