Además de vicepresidente y "copiloto" de Evo Morales, Álvaro García Linera es uno de los intelectuales más destacados de Bolivia, lo cual lo coloca inmediatamente en el lugar de intérprete del complejo proceso político y social iniciado el 22 de enero de 2006 con la llegada al gobierno del presidente Evo Morales Ayma, el primer indígena en dirigir las riendas de esta nación andino-amazónica en la que el 62% de sus habitantes se autoidentifica como parte del pueblo originario, mayoritariamente quechua y aimara. En efecto, Morales lo convocó en 2005 para acompañarlo en el binomio presidencial, por considerarle un "puente" (y un traductor, como gusta presentarse García Linera a sí mismo) entre los campesinos e indígenas, y las clases medias urbanas reacias a votar por un campesino casi iletrado, con un bachillerato de provincia como única credencial educativa, pero más abierta a aceptar a un dirigente cocalero acompañado por "un hombre que sabe", como rezaba uno de sus afiches durente la campaña electoral de 2005.