Luego de haber explorado los sinuosos caminos de la dominación social en Regreso a Reims, Didier Eribon retoma la pluma para seguir reinventando el género autobiográfico. Al escudriñar los mecanismos mediante los cuales la sociedad asigna posiciones, funciones y lugares a los individuos, emprende un ejercicio de introspección sociológica cuya meta es enfrentarse al veredicto social. Lejos de todo tipo de miserabilismo o de populismo, el filósofo y sociólogo francés se enfrenta con fuerza, honestidad y reflexividad a la implacable lógica de reproducción social que se despliega en todos los ámbitos de la vida. Eribon es capaz de transformar su historia singular en un hecho universal.
En diálogo con sus maestros y amigos (Pierre Bourdieu, Annie Ernaux, Michel Foucault), y con las obras de Marcel Proust, Jean-Paul Sartre, Jean Genet, Simone de Beauvoir, Assia Djebar, Richard Hoggart y muchos otros, este hijo de obrero de provincia, que escapó de su destino social yéndose a vivir su homosexualidad a París, intenta elaborar un gesto emancipador.
Este generoso ensayo crítico, en el que Eribon opera una verdadera genealogía de los oprimidos sin idealizar a las llamadas culturas populares, constituye una invitación a la lucidez pero también a la emancipación política y a la libertad. Nos invita a transformarnos y, de paso, a transformar el mundo que nos rodea en pos de una radical política democrática. Pero eso sí: sin compromisos, ni mentiras.