El presente trabajo pretende explicar el contexto histórico dentro del cual surge la Teología de la Liberación, no desde su cristalización sino desde su emergencia. Esto es, no desde lo que la teología o los teólogos de la liberación arguyen que ha sido la historia de esta corriente, sino desde otro punto de vista, desde la operación histórica.Obviamente no andamos tras la búsqueda del origen de la Teología de la Liberación, pues la búsqueda del origen, como bien lo apunta Marc Bloch, es una obsesión que ha recorrido todas las preocupaciones de los exégetas. La búsqueda del origen nos lleva a una búsqueda sin fin.Por ello en vez de origen hemos utilizado otro término: el de genealogía. La diferencia no la hemos señalado nosotros, es Michel Foucault quien la utiliza al acercarse a los escritos de Nietzsche. Para él, el origen o fondo original no existe, por el simple motivo de que las cosas están vacías de algo así como una esencia final o, lo que es lo mismo, que su esencia fue constituida pieza por pieza a partir de figuras que le eran extrañas. El explicar esas figuras extrañas, ajenas a su cristalización, eso es hacer, propiamente, historia.