¿Cuál es el modelo de residencia que queremos para las personas mayores? ¿Qué desean ellas si tienen que abandonar su casa? ¿Con qué oferta desearíamos contar pensando en nuestra propia vejez? El aumento de la esperanza de vida nos hace tener que plantearnos cuáles son las necesidades y deseos de las personas mayores y sus familias y de qué forma podemos satisfacerlos. Enfrentarnos al reto de asegurar una existencia con sentido para la última fase de la vida aunque se tenga una situación de dependencia pasa por implantar nuevos modelos de alojamiento que se basen en principios éticos, dejando atrás los antiguos planteamientos institucionales y poniendo en práctica el denominado modelo hogar, un nuevo tipo de vivienda mucho más centrado en la persona y sus necesidades con el objetivo de asegurar cuidados sanitarios de calidad y, al mismo tiempo, apoyos que promuevan una mayor independencia y autonomía para salvaguardar la identidad individual y los proyectos de vida de las personas mayores.