Nunca escribimos solas, dice/escribe una de las voces que se teje en esta urdimbre de respiraciones, tonos, tiempos y materialidades. Las trabajadoras tiene como figura central el hilo: de estambre o de costura, en ese ejercicio de enlazar una a una las voces personales hasta lograr una escritura colectiva. Es un libro que habla de mujeres, de ma´quinas feminizadas, de economi´a, de amistad, de genealogi´as: hijas, madres, abuelas, de entrelazados humanos y no humanos; aborda las relaciones entre carne y metal. Habla de las resistencias, los horarios, los mecanismos y las alianzas ante las injusticias y la precarizacio´n del trabajo femenino. Es ritmo y repeticio´n. Es un sondeo en la memoria, los archivos, una aproximacio´n a las plantas como me´diums para entablar dia´logos interespecie. Lo habitan poemas-ensayo y una ficcio´n especulativa que apunta a un futuro simbio´tico, en un planeta derruido de donde surgen, entre el residuo y los despojos, las voces de plantas/mujeres/ensambladoras/trabajadoras que volvera´n a hacer mundo.