En la primera parte de estas Lecturas feministas, Gabriela Borrelli Azara nos proponía un recorrido cronológico por libros indispensables para la militancia feminista. En este volumen, la apuesta es más ambiciosa: entender cómo esos textos nos unen en una continuidad lectora infinita que puede conectar a la monja alférez del siglo XVII con Norah Lange y las fiestas del grupo de Florida; o a la poeta soviética Anna Ajmátova con la mendocina Angélica Mendoza.
Los escritos que retoman estas lecturas están desde hace algún tiempo ocupando un lugar en el firmamento de la literatura. Borrelli se para en uno, lo recorre, y desde él traza una línea hacia otro, tira de ese hilo y vuelve a conectarlo, formando constelaciones que demuestran que la lectura, cuando es comprometida, es un acto de creación.
Lejos del rescate o el listado, estas constelaciones nos convocan a pensar que, aun cuando leamos o escribamos sin compañía, lo hacemos siempre en comunidad porque, como dice la autora: Si lee una, leemos todas.