El gran genio del Renacimiento, Leonardo, se interesaba por todo lo que le rodeaba. Es así como se dedicó a muchas disciplinas distintas: pintura, escultura, música, astronomía, física, anatomía, arquitectura, invención de todo tipo de máquinas, gastronomía. Era un gran perfeccionista, por lo que para algunos detalles de sus obras necesitaba estudiar ciertas cosas en profundidad, lo que demoraba el avance de su trabajo, incluso por varios años. Por esto fue duramente criticado en su época: la gente decía que era flojo, que no era capaz de terminar nada. Sin embargo, gracias a sus detallados estudios del funcionamiento de muchas cosas, dejó sentadas las bases para el posterior desarrollo de aparatos que hoy nos parecen imprescindibles para la humanidad, como el avión y el telescopio, entre muchos otros. Estos aspectos de la vida del maestro son abordados en este libro, con sugerentes e ingeniosas ilustraciones.