Has vendido estupendamente mi discurso en defensa de Ligario. De todo lo que escriba en el futuro, te confiaré la propaganda y la venta (?) Me gustaría que mis libros no fueran editados por nadie más que por ti. Cicerón, Cartas a Ático. A aquellos que piensen que la ciencia que estudia los papiros antiguos es la papiroflexia, que un editor es un programa informático para escribir cosas en una pantalla o que el público es la gente que va a los programas de la tele a sentarse y aplaudir cuando se lo digan, a todos ellos este libro les será enormemente útil si han de calzar una silla o necesitan envolver un bocadillo. Al resto de los mortales, incluidos papiroflexistas, editores y público en general, les resultará quizá poco útil pero sí muy interesante. Puede parecer algo paradójico encontrarnos con un libro de historia que nos cuente una historia del libro, pero tal paradoja es sólo apariencia y, en cualquier caso, desaparece cuando conocemos el contenido: en primer lugar, se trata de una historia que abarca un breve periodo de tiempo, entre el siglo V a.C. y el VI d.C. aproximadamente, y se centra sólo en Grecia y Roma (no es exhaustiva, por tanto); y en segundo lugar, tampoco es estrictamente una historia sino una recopilación de tres trabajos de tres autores distintos que abordan diferentes aspectos relacionados con el libro antiguo en ese periodo de tiempo, y que tienen total independencia entre sí (de hecho a veces redundan a la hora de abordar algunos aspectos). Sin embargo, los tres artículos resultan complementarios y transmiten una visión de conjunto sobre el tema. En el primer trabajo, Los libros en la Atenas de los siglos V y IV a.C., a cargo de Eric G. Turner, se habla de la aparición en la Atenas del Siglo de Oro de los primeros libros en formato de rollos de papiro, de los sistemas de escritura empleados, de los medios de distribución. Siendo la griega una cultura basada en la oralidad, en el gusto por la palabra hablada, la escrita no tuvo un camino