Fiel a su insistente empeño de transformación radical del ámbito categorial del pensar político, Agamben pone de manifiesto en esta obra que el 'conflicto político decisivo' en nuetra cultura- en rigor el que está en la base de todos los demás- es el hombre-el hombre ha sido separado del no hombre y el animal de lo humano ( el misterio práctico-político de la separación) es más urgente que tomar decisiones sobre las grandes cuestiones, sobre los llamados valores y los derechos humanos.