AA.VV
Al fin, al fin entre tanta propaganda feminista llega un libro confiable, sensato, en el que se puede creer. Un libro que explica a las mujeres que su puesto, su sublime deber está en la cocina, lugar que les corresponde y del que nunca debieron haber salido.Tenía que ser. No podría haber sido de otra manera. Nuestra fría cultura angla no podría haber producido esta joya. Locas por la cocina tenía que venir de América latina, de ese continente variopinto, con sus enormes ríos por los que circulan las jangadas en las que crece la flor del camalote; sus selvas pobladas de guacamayos y de omitorincos; sus vastas sabanas llamadas pampas en las que se divisa a los gauchos a bordo de sus redomones tomando mate con factura y avizorando el horizonte en busca de un lobizón o en su defecto una china a la que enlazar para cantarle su amor en las estrofas de la tradicional zamba Verde que te quiero verde. Y de allí tenían que venir los sabores que campean en estas páginas. A ensayar, pues estas maravillosas recetas venidas del sur profundo, picantes, dulces e inolvidables.