KARINA BIDASECA / MARTA SIERRA
Para la cosmogonía Selknam, la de un grupo étnico hoy extinto que habitó en la Isla Grande de Tierra del Fuego, cielo y tierra eran dos ámbitos simétricos que funcionaban como una especie de espejos enfrentados. Lola Kiepja, la última chaman Selknam de Tierra del Fuego, sintetizaba sin dudas la mujer que en el sitio más austral
del mundo resignificaba, por su presencia, la trama del proyecto de extinción de un pueblo, uno de los tantos que perecieron en más de cinco siglos de colonización, modernidad e imperialismo.
Los cantos chamánicos que Lola se esforzaba en recordar en lengua Selknam, eran como perlas desenhebradas de un collar roto que, al retornar desde el más allá, resistían la política de la desmemoria.
Mapas en ruinas, mapas de lo imposible. Las cordilleras invisibles del infinito del fin del mundo diseñaron el escenario sobre el cual crear un proyecto intelectual feminista en nuestro Sur. Mediante asociaciones, recuerdos a la deriva, interpeladas por las propias mujeres y sus luchas, se va componiendo el collage de esas instantáneas puestas a funcionar en una nueva constelación de identidades femeninas.
Esta primera exhalación que ofrecemos contiene la utopía que un mundo mejor requiere de la solidaridad, la empatía y la puesta en acto de una política para la memoria de las mujeres de nuestro Sur.