El colonialismo se alimenta del racismo para el
despojo y saqueo del territorio colonizado, es su
modus operandi para instalar su dominio y así
hacer real su superioridad. Pero ¿qué le pasa a
la cultura propia de los pueblos, la que se vivía
antes del proceso colonizador? ¿de qué manera la
ha transformado la violencia colonizadora?, una
violencia que establece su control bajo la represión
física, económica, psicológica y cultural para crear
un sistema de dominio organizado.
Fanon nos invita a reflexionar sobre las relaciones
que existen entre lucha, conflicto y cultura. A través
de este texto, argumenta que, al momento de ejercer
un acto real de lucha por la liberación, la cultura y
forma de vivir en dominación muta a una vida en
resistencia. De ahí brota una cultura distinta con
perspectivas radicalmente nuevas.
Cuando el negro se comprende a sí mismo
y concibe el mundo de una manera distinta,
hace nacer la esperanza e impone un retroceso
al universo racista, está claro que su trompeta
tiende a destaparse y su voz a perder la ronquera
[
] La máscara inexpresiva o trastornada se
anima y los brazos tienden a alejarse del cuerpo,
a esbozar la acción; los géneros y temas literarios
se transforman; las creaciones abandonan su
formalismo; el narrador libera su imaginación,
innova, hace obra creadora.