"¿Cómo diseñar un desayuno que acabe en un libro?". La pregunta que hace Iliana Boltvinik en la presentación de este tomo no es algo retorico, ni mucho menos es una interpelación juguetona. La interrogante surge como parte de un intenso diálogo que aconteció a lo largo de 2018 en el Laboratorio de Objetos Oblicuos, espacio de encuentro que se articuló a través de una serie de desayunos mensuales con la finalidad de generar reflexiones que transitaran entre el mundo de los objetos y el de los parásitos. La interrogante se vuelve relevante en la medida que sirve como trazo conceptual que busca traducir la vitalidad de un espacio de diálogo, donde las inquietudes construidas colectivamente pudieran trasladarse a la existencia de este dispositivo impreso. Es así como mala HIERBA nunca muere (título tentativo) se propone como un "experimento social" - trabajo colectivo y transversal- donde las colaboraciones que lo componen, ensayos, experimentos (visuales, escriturales, de diseño), ilustraciones y fotografías se van interpenetrando para reflexionar sobre las materialidades alternas en las prácticas socio-estéticas actuales.