Hasta hace muy poco la Argentina era considerada una nación "blanca y europea". La historiografía y la antropología habían asumido que la población aborigen de las áreas de más antigua colonización del país como Cuyo, el antiguo Tucumán, Córdoba y el litoral paranaense, había desaparecido o transmutado en criollos hacia fines del siglo XVIII. En el marco de los procesos de resurgimiento de identidades indígenas que se dieron desde la década de 1990 en esos espacios, el asidero histórico de sus demandas de reconocimiento y territorios fue impugnado bajo el argumento de que había un vacío de casi dos siglos entre su supuesta extinción y su "milagrosa" reaparición.Este libro ofrece estudios recientes que, a partir de fuentes inéditas y nuevas preguntas, demuestran la continuidad de marcas étnicas, tradiciones políticas, luchas judiciales y archivos indígenas en el corazón de la Argentina criolla traspasando el umbral de la colonia hasta los siglos XIX y XX. Finalmente brinda una mirada latinoamericana sobre la problemática al incorporar -a modo de enlaces contextuales- trabajos sobre México, Bolivia, Chile y Paraguay desde los cuales buscar puntos de comparación tanto sobre los procesos en sí mismos, como sobre las miradas y preguntas que se han formulado las tradiciones nacionales de investigación.