FLOR BROWN GROSSMAN Y LILIA DOMINGUEZ VILLALOBOS
Existen modelos de conducta social que asocian el trabajo femenino con ciertas ocupaciones y el masculino con otras, y perviven estereotipos que asocian la masculinidad con la autoridad sobre otros. No es cuestión de preferencias individuales; tales estereotipos están inscritos en las instituciones sociales: la discriminación no necesita ser intencional. El problema es que las normas formales que estructuran la operación del mercado son instancias de las relaciones de género y reflejan problemas de dominación y subordinación de género, tensiones y contradicciones. Más que un análisis de inequidad de género en toda su complejidad, este libro es una selección de los trabajos que analizan la segregación laboral, los factores determinantes de las desigualdades salariales entre hombres y mujeres; las cargas de trabajo distintas debido a que no se reconocen las especificidades de género de las trabajadoras; los pagos desiguales y la reproducción de estas actitudes discriminatorias en las políticas públicas y el ámbito familiar.