Esta obra reúne las voces y las lenguas de investigadoras e investigadores originarios de diversas comunidades de Mesoamérica y los Andes. Muestra que la infancia es una construcción sociocultural y que una manera eficaz de reivindicarla es abordarla desde centros múltiples que desafíen el etnocentrismo euroamericano y las políticas homogeneizadoras del Estado. Reúne una etnografía de la infancia indígena que busca integrar los hilos comunes del tejido mesoamericano.