"La ignorancia de la historia colonial y la convicción de poseer una teoría universal de la emancipación de las mujeres hicieron a las feministas [blancas] insensibles a la otredad". Y la otredad rezuma por todas las páginas de este libro-espejo en que la autora, Françoise Vergès, no reivindica un "nombramiento" de lo invisible sino un replanteamiento total de la epistemología y del pensamiento feminista. "El feminismo no está para reforzar el dispositivo de castigo contra las discriminaciones y el acoso, ni para mendigar un lugar en un mundo de hombres blancos, sino que es un movimiento de liberación social. Pretende el desmantelamiento de los dispositivos que legitiman la explotación racista".