Nacido de la mirada occidental sobre culturas evolucionadas y cultas detenidas en el tiempo, y más en particular sobre el Extremo Oriente y el Islam, el orientalismo ha encontrado la complicidad autóctona, que se lo apropió para construir su propia identidad. Por el contrario de lo que pensaron algunos autores, el más conocido Edward Said, que lo asocia única y exclusivamente al colonialismo, con sus precedentes y sus secuelas, el orientalismo es un fenómeno complejo, poliédrico y lleno de fracturas que implican a muchas partes.