Este magnífico caleidoscopio de Cristina Burneo Salazar es literalmente un amplificador para contemplar esa imagen ideal que habla por todo: la traducción. Pocas lecturas de nuestro tiempo tienen la firmeza y lucidez que Cristina empeña en esta tarea de trasladarnos de una manera a otra de besar, de tocarnos con lo más inmediato: nuestro mundo, lo real, por más doloroso o incomprensible que sea. Por más intraducible que parezca.