En esta novela, Liliana Blum se revela como una narradora cruelmente excepcional.
Gerardo es un hombre que parece tener todo en la vida: es un respetado ginecólogo que ha logrado ascender económica y socialmente gracias a su profesión; tiene una bella esposa capaz de hacer lo necesario para que él no la abandone; es padre de un par de gemelos a los que adora. Sin embargo, siente que su vida es árida y aburrida; le falta el placer que se despliega en fantasías, hasta que se topa con Pandora, quien no tiene nada que perder ante el rechazo social y familiar que sufre por su inmensa gordura e inseguridad. Sumergido en el gozo de su parafilia, Gerardo no sabe de límites e incluso el riesgo parece un elemento excitante en su nueva vida, y al acariciar y perderse en ese voluptuoso y voluminoso cuerpo que con tanto esmero cultiva, comienza a sentir que ahí está todo lo que él necesita. Mientras, Pandora va cayendo en un abismo en el que parece no hay posibilidad de retornar, víctima de sus propios vacíos.