A diferencia del pensamiento occidental, que se dirige unilateralmente hacia el Cielo y la luz, el pensamiento indígena vuelve también su atención a la oscuridad y las profundidades. Además son singulares sus indagaciones sobre el conocimiento, ligadas en los mitos a las experiencias existenciales de la sexualidad y la enfermedad. Trabajando sobre las fuentes, que reproduce extensamente, y con una mirada filosófica, este libro cuestiona los comunes criterios hermenéuticos, sostenidos entre otros por Mircea Eliade, en el estudio de la espiritualidad arcaica. Dice Arturo Andrés Roig en el prólogo: "Con el libro que nos entrega Luis Alberto Reyes, estamos frente a una de esas contribuciones destinadas a marcar hitos dentro del conocimiento de la compleja y rica cultura de los pueblos indígenas de nuestra América. En un esfuerzo nada común ha trabajado comparativamente nuestras grandes culturas: la náhuatl, la maya y la andina. Se trata de un estudio que intenta rescatar aspectos significativos del pensamiento filosófico- religioso de pueblos e imperios que padecieron, además de su destrucción, el desconocimiento y el olvido. Es, asimismo, una invitación para que repensemos nuestro pasado que, a la par del conquistador europeo, hemos despreciado por ignorancia y hasta por maldad".