El género, la lengua o la raza suelen ser categorías ciegas en ciertos discursos psicoanalíticos que pretenden desarrollarse desde la posición no situada de lo universal. Sin embargo, la vocación del psicoanálisis no consiste en asignar normas a la sexualidad, al género o a las diferencias étnicas y culturales. Al plantear la cuestión de la relación del discurso psicoanalítico con los sujetos no mayoritarios, minorizados y alterizados, este libro procura pensar instrumentos metapsicológicos susceptibles de captar la singularidad de las identificaciones contemporáneas más allá de la normatividad social, cultural y política de la binaridad de los sexos o de la universalidad cultural. Propone las figuras de una hibridez estructural, fuerza motriz de la escucha y la teorización analíticas, y una hibridación programática del psicoanálisis por las perspectivas de los estudios de género y queer y de los estudios poscoloniales y decoloniales.