Este libro destaca el contorno de la politización de la identidad indígena y su proceso de organización política, al reconstruir los varios campos de discusión y coyunturas de donde emergieron las luchas indígenas, aquellas que se volvieron significativas y promovieron cambios. Hago un análisis de la movilización de los kichwas de la sierra, en la parroquia de Tixán, y la creación de su organización, Inca Atahualpa, dentro del contexto nacional de la politización de la identidad étnica. En vez de seguir una trayectoria histórica, he tomado en cuenta todos los elementos del pasado y el presente, que los activistas kichwa y los habitantes de la parroquia indicaron como momentos cruciales y significativos en el proceso de formación de su consciencia y militancia políticas, y luego, analizo cómo estos elementos están relacionados con el contexto más amplio de la organización política indígena a nivel nacional. Exploro cómo el movimiento indígena ecuatoriano ha redefinido su relación con el Estado y la sociedad no-indígena, a nivel nacional y local, al crear nuevos escenarios de participación indígena y la toma de decisiones. Aunque complicado, el compromiso es una forma de indagación antropológica que permite la redefinición de las relaciones de poder en la práctica antropológica, Este trabajo es el resultado de mi colaboración con muchos activistas indígenas y amigos. Esta colaboración me permitió conocer la importancia de la convivencia en la lucha de la gente indígena en Tixán y enfatizar la vitalidad y humanidad de sus luchas. Esta dimensión de activismo político resalta el nivel en el que se encuentran las victorias cotidianas, no tanto en la subversión del status quo, sino en la habilidad de las personas para dar sentido a su existencia cotidiana sin importar las circunstancias. Esta dimensión afectiva permite a la gente comprometida en la lucha política, explicar quiénes son, avanzar y continuar luchando, ganar y perder algunas batallas, sin ser vencidos.