A mediados del siglo XVIII, Olaudah Equiano fue raptado y trasladado a la fuerza desde África Occidental (hoy Nigeria) hasta el Caribe. Con tan sólo once años de edad fue separado de su familia y de su comunidad para ser vendido como esclavo al servicio de un oficial de la marina británica. Muchos años más tarde, residente en Londres en condición de esclavo liberto, Equiano escribirá su autobiografía, un fiel retrato del panorama colonial que le tocó conocer y sufrir en carne propia, mientras configuraba su nueva identidad, determinada por las injusticias padecidas por su condición de esclavo, por el entorno colonial en el que se desarrolló, por la obligación de aprender una nueva lengua, por la adopción de la fe cristiana y por una infatigable lucha por darse a sí mismo y a los suyos la dignidad y justicia que merecían. Su relato pone en palabras al sujeto histórico que ha sido privado de voz y que sin embargo resulta crucial en la conformación de la identidad americana: el esclavo africano. Como testigo, plasma por medio de su relato los abusos y atrocidades que eran cometidos en el Caribe y los llevará ante el conocimiento público europeo, donde confrontará las nociones racistas de la humanidad que en ese entonces y en ese lugar se encontraban en plena ebullición. Dedicará este libro, y su vida de «hombre libre», a la abolición de la trata de esclavos, hecho que se consumará en Gran Bretaña dieciocho años después de su publicación. Su autobiografía contó con amplia lectura y difusión durante su propia vida, siendo editada ocho veces y traducida al holandés y al alemán. La presente traducción es la primera edición castellana que se haya producido en Latinoamérica.