Los textos de Rowena Bali atrapan la atención de los lectores como lo haría un paisaje inusitado, una suerte de sueño líquido, circulante e imborrable. Son textos que parecen nacidos de la más pura ingenuidad.. Sus personajes en ocasiones adoptarían inclusive actitudes y voces instaladas en una inquietante inocencia.
Ingenuidad, inocencia: una perturbadora naturalidad, un encadenamiento irremediable de hechos y delirios, conductas imprevistas y escritas en la nebulosa y radiante red de los destinos. En primer lugar hallan los lectores una escritura que circula sólo para contar hechos, ideas, sensaciones, deseos de los personajes. En aquellos mundos están todos los signos, los resortes y las líneas con que va trazándose y determinándose la vida de aquellos personajes tan comunes y corrientes en el curso normal de los días y tan poseedores de secretos que sólo la escritura a todos -antes que a nadie a ellos mismospuede develar.
Para que sea de veras efectiva, cumpla su función de acuerdo con la mirada de la autora, con sus sentimientos y visión del mundo, la prosa de Rowena Bali ha de nacer y transcurrir sin falta desde el seno de sus inventos. Encontramos de este modo una prosa que linda con el monólogo interior y que apela siempre a los lectores, incluso en referencias directas. ¿Se trataría de confesiones? En buena medida podría decirse que sí. Los cuentos entonces se convierten en material confiable de mujeres y hombres inexistentes que cuentan cosas reales y también imaginarias.