El libro sigue los problemas planteados por el mismo Sartre (acción, libertad, situación, servidumbre, nada, tiempo, rareza e historia), para terminar proponiendo una novedosa interpretación que desplaza las convencionales adscripciones del filósofo a la ontología, la metafísica, el existencialismo, el humanismo y las filosofías del sujeto, de manera que reflexiona su obra como un corpus performativo donde se pone en torsión subjetividad y subjetivación. el autor propone la distinción entre subjetividad serializada y subjetivación política. Relaciones materiales, rareza, prácticas seriales, colectivos, máquinas sociales, opresión, alienación, valor de cambio y fuerza de trabajo asalariada determinan ciertas relaciones de poder que desembocan en la partición de subjetividades dominantes y subjetividades serializadas ?sometidas y capturadas?. Es frente a esa partición que es posible operar la subjetivación política para subvertir ese estado de control y disciplinamiento. Si existe una filosofía en la que la subjetividad sea el centro irradiador, conflictual y francodisparador es la de Sartre. No una subjetividad pensada a la manera del sujeto fundador, autónomo y transparente sino procesual, nómada, en flujo y con la potencia para sumirse políticamente.